Aquí, como en todo nuestro trabajo espiritual hay dos estados contrarios.
La persona pide perdón y piedad
Aquí, como en todo
nuestro trabajo espiritual
hay dos estados contrarios.
Para los que están
en el grado del angel
al final de la corrección,
hay una sola fuerza:
“No hay nada más a parte de Él”.
Y para los que están
en este mundo en la falta de conciencia,
hay también una sola fuerza:
¿Quién me ayudará sino yo mismo?
Y los que están en el camino
desde este mundo
al mundo de Ein Sof
siempre se les revela
en cada uno de los estados
estas dos fuerzas:
la fuerza del Creador
y la fuerza del creado
que actúan juntas
Por un lado,
todo lo ordena el Creador,
y por otro lado,
¿algo depende del creado?
Y cuando la persona llega a ese estado
en el que se unen en él los dos estados
¿Quién me ayudará si no yo mismo?
Y “No hay nadie más a parte de Él”,
es cuando surge el verdadero rezo
que está hecho
de dos discernimientos contrarios
y la persona no puede decidir:
¿Cómo puede ser que por sobre todas las cosas de
la persona gobierna el Creador?
Por un lado
por supuesto que
“No hay nadie más a parte de Él”
y por el otro,
la persona tiene la sensación
de estar fuera de la gobernación del Creador,
que se puede dirigir hacia Él
y puede establecer un sistema de
relación con la adhesión.
Esto se parece
al estado en que la persona
ya de 40, 50 años
que entiende la vida
conoce todo lo que hay,
a la vez,
se siente como un embrión
en el vientre de su madre,
sin comprender,
saber o discernir nada
y tiene una sola súplica:
“después de todos mis esfuerzos,
todo mi trabajo,
revisa si estoy en el camino correcto”