Al empezar a percibir el Mundo Superior, el cabalista entra a una dimensión diferente. Un mundo completo se revela ante él.
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El cabalista percibe una imagen totalmente diferente: las fuerzas que mueven al mundo y las almas que no están atadas a sus cuerpos. El pasado, el presente y el futuro se encuentran ahora frente a él; experimenta todo eso. Vive pleno de una sensación de perfección y eternidad; siente que puede abarcar todo el universo.

Es imposible expresar en palabras esta experiencia, profunda y emotiva. En sus libros, los cabalistas tan sólo nos aconsejan cómo alcanzar estas impresiones, sensaciones y descubrir la realidad.

Es muy difícil para un cabalista comunicarnos lo que siente, lo que percibe, lo que se revela, es decir, lo qué es el mundo oculto. En esencia, de todos los medios que tenemos a nuestro alcance para dar una idea o una imagen que se pueda transmitir a la gente que no experimenta la espiritualidad, el único que logra expresar las impresiones de deleite del hombre, ante quien se ha revelado el Mundo Superior, es el sonido…

Quisiera que todos ustedes pudieran percibir estos vastos espacios, sensaciones, todo el Mundo Superior, el Creador, la Luz Superior que llena el alma, nuestra vasija colectiva en cada melodía de las 150 canciones que componen el libro de los Salmos. El Rav Yehuda Ashlag, Baal HaSulam, pensó en nosotros. Quería que nos acercáramos a este estado y por eso nos legó sus composiciones. Vamos a escucharlas y pensar que sus melodías son el medio para entrar en el Mundo Superior.